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La biblioteca de fuego de María Zaragoza ha ganado el Premio Azorín bajo el título Castigo de fuego y bajo el pseudónimo de Genoveva Vilar, es una novela histórica y de intriga que muestra su amor por las bibliotecas y rinde tributo a los soldados de libros que se arriesgaron para protegerlas.
La novela nos sitúa en el convulso Madrid de los años treinta. Tina sueña con convertirse en bibliotecaria. Junto con su amiga Vega se adentrará en un mundo de de cabarets y clubes feministas, libros malditos y viejos fantasmas. Así descubrirán la Biblioteca Invisible, una antigua sociedad secreta que vela por los libros prohibidos.
Pronto Madrid se convierten una ciudad sitiada, donde la cultura corre más peligro que nunca. En medio de una guerra que lo arrasa todo, Tina vivirá una historia de amor clandestina que marcará cel resto de su existencia mientras trata de proteger libros, no solo de los incendios y las bombas, sino también de la ignorancia y los saqueadores.
Si María Zaragoza ya dedicaba Baba Yaga a su librero de confianza y a la figura del librero, La biblioteca de fuego es un homenaje a los libros y a sus rescatadores en todo su esplendor.
Es una novela también reivindicativa, pues saca del olvido a las mujeres de la guerra civil española que se arriesgaron para salvaguardar las bibliotecas y cuya historia se intentó borrar.
«Si tenemos mala suerte, se nos acusará de expolio. Si la tenemos buena, no recordarán nuestros nombres, nuestros rostros, o quiénes fuimos. [...] Nuestros futuros son intercambiables, todos somos invisibles. Dentro de algunos años nos preguntaremos si todo esto sucedió tal y como lo recordamos y si a alguien le importa.»
La autora se ha inspirado en la figura de mujeres como Blanca Chacel, que salió junto a Elena Gómez de la Serna con dos maletas de 30 kilos cada una rumbo a Ginebra para poner a salvo el archivo
Fueron héroes, en su mayoría heroínas, que lucharon por salvar la cultura no solo de las bombas sino de quemas masivas de libros como el bibliocausto que el régimen de Franco organizó en 1939 para conmemorar al día del libro y que pusieron en riesgo su vida por proteger nuestro patrimonio.
Como buen homenaje no pueden faltar títulos de libros como un clásico que no nombraré por no desvelar parte de la trama, pero si cuento que saldrá a la luz gracias a nuestra protagonista, o el mítico Mujercitas, incluso libros espiritistas tienen cabida en esta Biblioteca Invisible. Es un libro que te lleva a otros libros no solo por los títulos que los personajes nombran, sino porque te recuerdan a lecturas de cosecha propia, en mi caso me han llevado a El Club Dumas de Arturo Pérez Reverte, a De la melancolía de Espido Freire o al 1984 de George Orwell.
Sus más de 500 páginas no se nos hacen en absoluto pesadas, La biblioteca de fuego es de estos novelones que no puedes soltar, y tiene unos giros de tuerca sorprendentes, además de muy bien jugados. Cuando terminas no sabes que hacer con tu vida, quisieras meterte en la historia otra vez. La novela y sus personajes permanecerán en mi lista personal de historias inolvidables.
Destaco también la faceta visionaria de su autora, pues como buena lectora sabe que todo ya pasó otra vez. Esa sabiduría que nos dan los libros nos ofrece la oportunidad de no repetir los mismos errores, y ya de repetirse, porque el ser humano parece que no aprende, espero que haya una sociedad secreta que proteja la cultura y que gracias a esos soldados de los libros, llegue a futuras generaciones.
Suena muy interesante, gracias por recomendarlo.
ResponderEliminarSaludos